La semilla y el ser humano
Cuando las luces se encienden y el resplandor llega a través de los cristales de la estación, se ven a seres que van de un lado a otro en busca de sus billetes que los llevarán a sus destinos… Son días en los que se viaja mucho porque se está en lugares distintos alejados de sus familias.
Como el viento, cuando traslada de un lugar a otro las semillas. Así es como se trasladan los seres que están alejados de sus familias. A veces… se juntan en el camino. Las semillas germinan ahí donde el viento las ha trasladado. Esos seres que un día se fueron de sus familias crean otras familias alejados del lugar donde un día germinó el amor.
¡Cómo van de un lado a otro, cómo viajan! Todo es un continuo movimiento. Cuando la semilla vuela y germina, el ser humano crea y procrea. Son caminos paralelos que un día se encontraron y juntos germinaron, la semilla y el ser humano.
Dicen que en un lugar no muy lejano vieron pasar a una semilla y a un ser humano. ¿Cómo os diría yo, qué fue lo que paso? la semilla germinó y el ser humano procreó.
Por muy distintos que sean, los dos hicieron su función ¡Creció un árbol y creció recto y alto, se formó una familia y crecieron en el amor! Los dos hicieron su función.
El árbol con sus ramas el cielo alcanzó. Y el ser humano con su familia, llegaron con su amor hasta las ramas del árbol que creció junto a su hogar. Juntos formaron un gran camino.
Pero… ¿qué fue lo que pasó? más semillas germinaron y más familias procrearon. Y así nunca terminaríamos de germinar y procrear. Seguiríamos… y seguiríamos. Así es la vida… germinar y procrear
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