Liberarnos de nuestros propios bloqueos

Cuando caminamos por lugares limpios y cercanos a la naturaleza, nos sentimos plenos de energía y nuestro olfato se beneficia del aire puro que emana el lugar donde nos encontramos.

Sentimos sensaciones que nos llegan y sonreímos, cerramos un momento los ojos y nos imaginamos cosas maravillosas. Nuestros pulmones se llenan de aire, nuestro pecho se agranda y todo nuestro ser quiere volar; volar a lo más profundo de nuestros sentimientos para así poder liberarnos en esos momentos de nuestras angustias y miedos.

Seguimos caminando y ya lo hacemos de otra forma, más ligeros y más contentos de haber dejado nuestros bloqueos. Siempre tenemos que dar las gracias, mirar hacia delante y sentir lo bonita que puede llegar a ser esa sensación de liberación. 

 

Buscamos un ansiado bienestar donde encontrarnos un lugar lleno de luz y paz, donde todos nuestros miedos y angustias no lleguen a aflorar.

En el momento que encontremos ese lugar, habremos conseguido vivir en paz y tranquilidad.