Un nuevo día

 

 

Cuando nos encontramos bien con nosotros mismos, podemos ver y manifestar lo felices que nos sentimos y lo bonita que puede llegar a ser nuestra vida, si sabemos apreciarla.

Nuestra existencia se hace más valiosa y reconfortada por esa situación tan especial que podría ser nuestra propia existencia de nuestra propia vida. Porque somos cada uno de nosotros, los que con nuestros actos, con nuestra forma de vivir, la vamos moldeando. Somos lo que nosotros mismos hemos construido.

Ya sabemos que momentos y circunstancias no gratas pueden cambiar nuestro rumbo y desviarnos. Por todo ello, nos haremos responsables de nuestras propias vidas. Intentaremos que esa alteración, que puede provocar un momento desagradable, no nos desconcierte. A su vez, trataremos, si llegado el caso, que no se nos vaya de nuestras manos y pongamos los medios adecuados para restablecernos.

Crecemos rápidamente cuando todo está bien y en calma, cuando no existe alteración que nos provoque desazón.

El porqué de la vida… no hay respuesta; nacemos, morimos y, llegado el caso, volvemos a nacer de nuevo.

Nuestra propia alma elige su propia vida, por mucho que nosotros queramos pensar, por mucho que nosotros queramos saber, por mucho que nosotros queramos dirigir. Nuestra vida ya está escrita. Solamente tenemos que dejar que fluya. Cada día que pasa demos gracias por ver amanecer otro nuevo día.