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Mensajes desde el Universo

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Hoy 30 de Enero, quiero compartir los mismos sentimientos que expresa nuestra amiga Mª Rosa Peralta. Canal de seres de luz como yo. Ha regalado a mi madre y mis dos buenas amigas Isabel y Paquita Gómez.

 

“Bendita soledad”; dedicado a mi madre.

 

“Esperanza: Rosa verde y rosa blanca. Visión”; para Isabel.

 

“La vida”; A Paqui como ella firma en sus bordados.

 

A todas ellas mis bendiciones por esos momentos tan maravillosos que pasamos todos juntos.

 

Es mi amor quien está con vosotras…

 

Gracias.

Bendita soledad

En el refugio de mi soledad, te encontré a ti, Padre,

descubrí que a pesar de los pesares…

Cada momento, cada instante.

Tú eres mi fuente inagotable.

La vida es maravillosa,

la vida es compartir,

¡saber vivir!

acoger con humildad lo que tú nos das.

Hoy, Padre Creador, he aprendido a tener paciencia en mi interior.

Las prisas inquietan el espíritu,

no te dejan ver la luz…

Te debemos tanto… te debo tanto…

Sé que como buen Padre, nos das lo que cada cual necesitamos.

El corazón es como un buen maestro,

que todos llevamos dentro.

Aprender… Enseñar…

Todos nuestros errores debemos transformarlos en Divina enseñanza.

Por eso, por todo lo que de ti viene.

Interiormente ¡gritaré!... ¡Bendita soledad!                                                      

                                                                           (Rosa Peralta) 

 

Esperanza: Rosa verde y blanca. Visión

Se me aparece una rosa de lo infinito.

Verde por fuera, blanca por dentro.

Verde mis esperanzas.

Blanco, mi destino.

¡Acógela!, hermano. ¡Acógela!, hermana.

Mira, que en esta flor van mis ilusiones.

La monto en un vagón,

para que llegue veloz a vuestros corazones.

¿Cuál será mi tren, qué día partirá, qué rumbo tomará?

¡Anda descalza de paciencia!

¡Ármate de valor!

En este momento…

Tienes esta bella flor.                                          

                                       (Rosa Peralta) 

La vida

Voy por la vida de polizón.

No se que rumbo tomar.

Solo, que vaya por donde vaya, tu allí estarás.

Cojo una barca y me lanzo a la mar.

Cierro los ojos y a ti Señor, te dejo el timón…

Cuando la mar embravezca,

tú la calmarás.

Las fieras que hay en la profundidad,

 tú las amansarás.

Mi firmeza será la barca.

Mi fe, la reforzaré con la seguridad,

de que tu allí siempre estarás.

Y… cuando mi vida esté por terminar,

en el otro lado de la orilla,

se que me esperarás.                                           

                                           (Rosa Peralta)

 

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