Una forma de vida

 

 

Nuestras desavenencias no nos hacen nada bien, somos seres que hemos venido a aprender. Cuando nos desestabilizamos, nos entra en nuestro interior un hormigueo que nos ahoga, nos sentimos culpables, ¿culpables de qué? Sí, son lecciones para que poco a poco vayamos aprendiendo el devenir de la vida. Comprenderemos que no siempre estaremos bien con nosotros mismos, que tenemos que sufrir esos desapegos para darnos cuenta de cómo es nuestra vida, de cómo va avanzando y cómo nos influyen los que viven a nuestro alrededor.

Todo ello forma parte de nuestro crecimiento, de nuestra vida y también de nuestra evolución. Si somos conscientes de que la vida hay que vivirla por nosotros mismos que a nadie más le pertenece, habremos logrado ser nuestros propios defensores de nuestra propia vida.