1ª, 2ª, 3ª y 4ª Reglas del amor

Quiero compartir con todos vosotros unas "reglas de amor" 60 en total, que nuestro Maestro Jesús ha dictado a mi madre para "El libro del amor, 365 días de amor". El cual ha promovido nuestra Fundación por el 10 aniversario de la misma.

Deseo las  trabajéis y tengáis presentes en el hacer diario.

 

Primera regla de amor

LA CONFIANZA

La confianza en uno mismo, la no manipulación por parte de los que hay a tu alrededor y sobre todo tu autoestima. Cuando todo esto forma parte de tu día cotidiano, hay una introspección dentro de tu ser que te eleva ante todas esas inclemencias que nos rodean y que forman parte de nuestra vida diaria.

 

Hoy repetiremos:

“Soy amable conmigo mismo y con los demás”.

 

Mis amados hermanos, sed bienvenidos a llevar una vida saludable y llena de paz y amor. Seréis vosotros mismos los que recuperaréis ese estado de conciencia, cuando hayáis llegado a sentir estas dos cosas indispensables para alcanzar el verdadero amor hacia uno mismo y hacia los demás.

Cuando estaba con vosotros en la Tierra, siempre platicaba con mis allegados de estas dos cosas y, cuando creía que ya estábamos en el camino correcto, volvíamos a platicar de nuevo. Nunca hay que dejarlas de lado; las llevaremos a nuestro lado, formarán parte de nuestro caminar. Con ello vuestra vida se verá correspondida de una gran belleza, unida a la comprensión y aceptación de estas dos cosas. Se verá recompensada con paz y amor; también unirá a las personas, familia, amigos, hijos, padres… que convivan con vosotros. Estaremos unidos, viviremos en paz y practicaremos el amor.

 

 

Segunda regla de amor

LA SALUD DE LA MENTE

Cuando nuestras mentes están en un estado de tranquilidad, de una armonía cuerpo y mente, se llega a una comprensión del ser interno como se avanza en amor y sabiduría.

Cada uno es libre de pensar, de discernir lo que está bien lo que está mal. Si nuestra mente está limpia de pensamiento y de atrocidades, esas que nos trae la sociedad y que tanto mal nos están haciendo, una cosa es verdad: una mente tranquila y relajada es el mayor regalo que podamos desear.

 

Hoy repetiremos:

“Mi mente está limpia y en paz”.

 

Mis amados hermanos, mi enseñanza para este día es que la vida nos trae muchas cosas buenas y otras malas. Las buenas nos hacen sentirnos bien, las no tan buenas nos hacen deliberar y tener la mente bloqueada. Viviremos sin tener preocupaciones. Las cosas pasan por una causa y ahí tenemos que centrar nuestra mente. Aceptadlas y comprendedlas para que, una vez elevadas al Padre, podamos liberarlas de nuestra mente y seguir, ya que la vida marca nuestra existencia a cada uno de los mortales.

Bienaventurados aquellos que saben dónde poner las preocupaciones para llegar al estado de armonía y paz.

 

 

Tercera regla de amor

EL PERDÓN

El arma más poderosa que nos acerca hacia el amor incondicional y que suaviza todos los bloqueos y angustias que afloran a lo largo de nuestra existencia en la Tierra.

Perdonar, perdonarnos y pedir perdón.

¿Cuantas veces hay que hacerlo?

Todas las que sean necesarias para seguir caminando en estado de paz y comprensión. Ligeros… sin llevar todo ese peso a nuestras espaldas.

 

Hoy repetiremos:

“Yo me perdono por lo que pienso que he hecho mal y también perdono a aquellos que han originado este estado en mí”.

 

Mis queridos hermanos, bienvenidos a este centro de paz que a través del perdón surge en vuestro interior.

Ahí estaréis dando espacio al amor, ese amor incondicional que surge a través del perdón y que muchos de vosotros ya lo habéis manifestado y es el estado de la perfección del ser.

Con él en vuestro interior nadie logrará alterarlo

 

 

Cuarta regla de amor

LA INTROSPECCIÓN

            La introspección consiste en la reflexión sobre uno mismo, su consciencia y sus conductas. La ejercitamos cuando miramos hacia el interior de nosotros mismos, cuando rechazamos toda clase de signos externos y cuando volvemos la mirada hacia lo que verdaderamente nos hace felices. Entonces habremos hecho un estudio exhaustivo de cómo estamos y de cómo podemos afrontar toda clase de comentarios y de lo que hay ahí afuera.

En el momento que nos demos cuenta de que somos uno con el todo habremos hecho una buena analítica de nuestro interior.

 

Hoy repetiremos:

“Mi interior es como una gran bola de luz, muy bello y hermoso”.

 

Mis amados hermanos, todo es como vosotros lo habéis creado y en vosotros está la creación de vuestro propio interior.

 Seáis bienvenidos a saborear conmigo esa multitud de paz que acarrea la verdadera elocuencia de todo lo que os rodea.