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Mensajes desde el Universo

5ª, 6ª, 7ª y 8ª Reglas del amor

5ª, 6ª, 7ª y 8ª Reglas del amor

 

Quiero compartir con todos vosotros unas "reglas de amor" 60 en total, que nuestro Maestro Jesús ha dictado a mi madre para "El libro del amor, 365 días de amor". El cual ha promovido nuestra Fundación por el 10 aniversario de la misma.

Deseo las  trabajéis y tengáis presentes en el hacer diario

Cuarta regla de amor

 LA INTROSPECCIÓN

 La introspección consiste en la reflexión sobre uno mismo, su consciencia y sus conductas. La ejercitamos cuando miramos hacia el interior de nosotros mismos, cuando rechazamos toda clase de signos externos y cuando volvemos la mirada hacia lo que verdaderamente nos hace felices. Entonces habremos hecho un estudio exhaustivo de como estamos y de como podemos afrontar toda clase de comentarios y de lo que hay ahí afuera.

 En el momento que nos demos cuenta de que somos uno con el todo habremos hecho una buena analítica de nuestro interior.

 Hoy repetiremos:

 “Mi interior es como una gran bola de luz, muy bello y hermoso”.

 Mis amados hermanos, todo es como vosotros lo habéis creado y en vosotros está la creación de vuestro propio interior.

 Seáis bienvenidos a saborear conmigo esa multitud de paz que acarrea la verdadera elocuencia de todo lo que os rodea.

 

 

Quinta regla de amor

 MI INTERIOR

 Es la olla que hierve en la que se hacen toda clase de condimentos y, según los ingredientes, unas veces nos sienta bien y otras tenemos ardor. ¿Por qué no usamos bien los ingredien-tes en lugar de mezclar cosas que no podamos digerir?

 Nuestro interior es lo que nos hace funcionar hacia el es-tado de perfección. Elaboremos bien toda clase de condimen-tos para que todo nos siente bien.

 Hoy repetiremos:

 “Condimento con ingredientes buenos que me sientan bien”.

 Mis amados hermanos, es fácil deciros que hay que ali-mentarse bien cuando en realidad a veces no sabes combinar los disgustos, las alegrías… todo forma parte de vuestro ca-mino.

 Intentad poner lucecitas para disolver lo que os ha hecho estar pesados por no ingerir bien lo que habéis introducido dentro de vosotros.

 

 

Sexta regla de amor

 EL ESTADO PERFECTO

 Vamos buscando fuera de casa la mayoría de las veces. ¿Qué queremos encontrar, qué buscamos? No hay signos que nos digan, que nos orienten… volvemos a casa sin saber qué es lo que hemos salido a buscar.

 No os alejéis demasiado, no corráis para llegar a saber que la verdadera búsqueda está en ese rinconcito de vuestro cora-zón. Lo tenéis tan cerca de vosotros. ¿Ya lo habéis encontrado? Os dais cuenta que no hay que salir a buscar nada fuera, ya que la verdadera felicidad está en vosotros.

 Hoy repetiremos:

 “Mi corazón me da la felicidad que busco”.

 Mis queridos hermanos, bienvenidos a este lugar de perfección y amor que sois vosotros mismos los que os habéis pre-parado ese rinconcito de amor.

 Es vuestro y en el albergaréis toda clase de anhelos y sueños.

 

 

Séptima regla de amor

 EL PODER DEL AMOR

 ¡Qué decir del amor, si es el elixir de la vida y sin él no hay vida! El amor es hacia uno mismo y hacia los demás. Cuando has logrado unificar estas dos clases de amor, podrás alimentarte y alimentar a todos los que hay a tu alrededor, familia, amigos, personas necesitadas…

 Por mucho que busques encontrar el amor fuera de ti, nunca llegarás a encontrarlo. No esperes que alguien vaya a darte amor, serás tú mismo el que tiene que fabricarlo dentro de tu interior. Ya reconocido y aceptado, podrás sin esfuerzo alguno transmitirlo a toda la humanidad.

 Hoy repetiremos:

 “Mi amor me da la vida que quiero seguir”.

 Amados míos, esas personas que ya tienen ese amor in-crustado en sus células van a poder llegar a lugares infranqueables, ya que el verdadero amor rompe murallas y acerca a las almas a unirse para realizar cosas bonitas que cambiarán la humanidad.

 Con mi amor envuelvo a todos mis hermanos para la realización de inmensas cosas, todas las que se puedan realizar y admitir en vuestra sociedad. Unidos en el amor, formaréis grupos que avanzarán en platicar, bendecir y llegar a lugares donde lo necesiten.


 

 


 

 

 


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