Blogia
Mensajes desde el Universo

9ª, 10ª, 11ª, 12ª Reglas del amor

9ª, 10ª, 11ª, 12ª Reglas del amor

 

Quiero compartir con todos vosotros unas "reglas de amor" 60 en total, que nuestro Maestro Jesús ha dictado a mi madre para "El libro del amor, 365 días de amor". El cual ha promovido nuestra Fundación por el 10 aniversario de la misma.

Deseo las  trabajéis y tengáis presentes en el hacer diario

 

EL DISCERNIMIENTO

 ¿Hay amor, hay unidad en vosotros? Cuando estas dos cosas forman parte de vuestro día a día y camináis con ellas, habrá tal empatía en vosotros que avanzaréis muy rápidos. Mi espíritu mueve el mundo y vuestro discernimiento moverá a muchas personas que estén dormidas que no hayan manifestado lo que es el crear cosas bonitas y donde solo hay endurecimiento total que por mucho movimiento que pueda haber alrededor de ellos no consiguen salir.

 

Dosificaréis la mayor parte posible vuestro discernir, la elocuencia y la bondad por parte de vosotros anulará toda inclemencia que pueda existir y quiera lograr introducir en vosotros.

 

Hoy repetiremos:

 

 

“Mi entusiasmo por las cosas, nadie logrará alterarlo”.

 

Amados míos, sentiréis que a veces un allegado vuestro quiere aconsejaros lo que ve en vosotros, lo que él no comprende, lo que su alma no quiere aceptar de vosotros. Vuestro ejemplo es escucharle, hablarle, amarlo y caminar a su lado, pero siempre sin dejaros interferir de sus comentarios hacia vosotros. Este es el verdadero camino para seguir avanzando en amor y paz.

 

Bienaventurados los que unen, disciernen y aman a su prójimo como a él mismo.

 

 

LA PALABRA

 

Nuestras palabras son nuestro salvoconducto con ellas re-corremos toda clase de caminos, viajamos en el tiempo y nos abren las fronteras. Son nuestras palabras de amor las que de nuestra boca saldrán, las que nos unirán con nuestros hermanos.

 

La palabra alienta al desesperado, eleva nuestro espíritu y llega al más necesitado. Serán palabras de amor, de comprensión, de honestidad las que nuestros labios pronuncien. A ningún ser humano se le negará la palabra por mucho que lo merezca. La palabra por encima de todo.

 

Hoy repetiremos:

 

“Mi palabra pronunciada desde el amor es sanadora”.

 

Amados hermanos, mi palabra es para vosotros, para todos y cuando digo para todos es para todos. Todos somos iguales a los ojos del Padre.

 

La palabra del buen ladrón:

Jesús, acuérdate de mí cuando entres en tu Reino.

 

Jesús responde:

Hoy estarás conmigo en el Paraíso.

 

No dejéis a nadie sin dirigiros en nombre mío. Serán pala-bras de amor y también mensajes que a través de la palabra llegarán al corazón de todos los seres que habitáis en la Tierra.

 

 

LA ACTITUD

 

Nuestro comportamiento por encima de todo será amable y entrañable con todo ser humano. Nuestros actos, nuestros comportamientos darán ejemplo de amor, de serenidad, de buen estar y de un estado de armonía y paz.

 

¿Qué actitud debemos observarnos cuando no estamos en un lugar muy adecuado? Tranquilidad y amabilidad. La intranquilidad la rechazaremos de nuestro ser interno.

 

Nuestro centro jugará aquí un papel importante ante la adversidad observada.

 

Hoy repetiremos:

 

“Mi actitud hacia la vida es de agradecimiento”.

 

Mis queridos y amados hermanos, nunca os arrepintáis de vuestros actos si son de amor hacia los demás. No alberguéis sentimientos de culpabilidad por vuestra actitud a la vida espiritual.

 

La espiritualidad forma parte de vuestra vida terrenal. Sois seres espirituales que viven en cuerpos humanos.

 

Mi Padre, vuestro Padre, siempre me hablaba y me decía como debía comportarme ante mis hermanos, de igual a igual.

 

 

LA INTRANSIGENCIA

 

Alentaros, hermanos, hacia los seres que están en estados desprotegidos del bien. Vuestra intransigencia hacia ellos será su arma para salir del estado en que se encuentran.

 

Moveréis y alentaréis a toda clase de ser humano que por muy intransigente que sea con vosotros, no hay nadie que se resista ante vuestra actitud de amor hacia ellos.

 

¿Qué recompensa llegará hacia ellos? Vuestra recompensa de amor de vuestro buen hacer. Siempre vuestro aliento hacia ellos será su alimento.

 

Hoy repetiremos:

 

“Soy intransigente conmigo mismo y con los demás”.

 

Bienaventurados los que llegan a comprender que el estado del ser humano será de amor y comprensión hacia sus hermanos. Es muy difícil que no comprendan y no acepten las leyes de la verdadera felicidad.

 

Mis amados hermanos, cuando divagaba por lugares no muy gratos, veía cosas que ofrecía al Padre para elevarlas y así sanarlas.

 

Elevad todas esas desavenencias observadas en vosotros y en vuestros hermanos para que, con amor, el amor de nuestro Padre vaya sanándolas.

0 comentarios