53ª, 54ª, 55ª, 56ª Reglas de amor
Quiero compartir con todos vosotros unas "reglas de amor" 60 en total, que nuestro Maestro Jesús ha dictado a mi madre para "El libro del amor, 365 días de amor". El cual ha promovido nuestra Fundación por el 10 aniversario de la misma.
Deseo las trabajéis y tengáis presentes en el hacer diario.
Quincuagésima tercera regla de amor
LA PERPETUIDAD
Mientras no seáis conscientes de que vuestra vida ahí en la Tierra está de paso y que forma parte de vuestra evolución, no llegaréis a comprender que todo lleva un orden perfecto de creación. Y que como dicen vuestros ancestros que os precedieron, estáis en un cumplimiento de vuestra elección ante la vida que os ha tocado vivir y que elegisteis para curar, evolucionar y llegar al estado perfecto del ser.
No hay nada que no sea pura invención de vuestra creación y establecimiento de vuestros actos ante vuestra vida.
Hoy repetiremos:
“Me uno a mi ser y con él avanzo al estado de perfección”.
Amados míos, qué belleza veros desde mi amor a vosotros y deleitar vuestros conocimientos ante tal perfección de la vida misma, de esos avances que muchos de vosotros habéis llegado a realizar e interiorizar en vuestro interior. Caminaréis siempre con esa perfección y junto con mi amor elevaremos toda clase de abandono y restricciones de esos hermanos que no están ni tienen intención de seguir nuestro camino.
Quincuagésima cuarta regla de amor
EL TRÁNSITO
Podría hablaros de la muerte como tal, pero no es así. Simplemente es un cambio de estado hacia vuestro verdadero hogar. La información que viene acompañada a vuestro nacimiento en el plano Tierra la olvidáis a los pocos años de nacer. Sí, es verdad que algunos de vosotros remontáis a ella por vuestra evolución en las cosas que hacéis ahí.
Comprenderéis que cuando habéis terminado vuestro cumplimento de lo que habíais elegido, manifestar y cumplir en esa vida, os eleváis al Padre y ese es vuestro viaje final.
Hoy repetiremos:
“Cuando llegue la hora de mi tránsito lo aceptaré con amor y respeto”.
Mis amados hermanos del alma, la muerte y la vida es un estado del cumplimento ante los ojos de nuestro Padre, el cual nos dio la vida. Y la verdadera vida no es la que estáis viviendo ahora en vuestro plano, sino la que viviréis cuando hayáis hecho el tránsito, de pasar de humano a espíritu. Bienvenido a mi regazo de amor porque él os va a acompañar a superar vuestros miedos, hacia esa vida que muchos de vosotros no aceptáis.
Quincuagésima quinta regla de amor
EL DESARROLLO
Mirad vuestros conocimientos ante vuestros semejantes. Los que dicen hacer bien las cosas y no saben que la sabiduría del Padre, el que alguno de vosotros ya habéis manifestado en vuestro interior, os dirige y actúa a través de vuestra palabra, ante esos hermanos vuestros que creen y hacen lo que ellos han dispuesto.
Emprenderéis con vuestro desarrollo espiritual un camino de involucraros en esos ámbitos que están algo equivocados y que no dejan que personas coherentes estén ante ellos.
Hoy repetiremos:
“Me uno a mis hermanos con la sabiduría del Padre que anida en mí”.
Amados hermanos, qué reciprocidad, qué malas gestiones de algunos de vuestros hermanos ante la sociedad, ante tanta incompetencia. ¿Qué hacer? Mientras no estén del lado humano de las cosas, de la verdadera gestión de lo que falta en ella, no se verán recompensados porque en ellos falta el amor.
Bienvenidos a mi centro de luz ya que en él encontraréis soluciones ante tanta incompetencia de vuestros hermanos que no han sentido lo que es la verdadera unión con el todo.
Quincuagésima sexta regla de amor
EL SUEÑO
Hay circunstancias en la vida que soñamos y siempre que despertamos queremos saber y recordarlo. No siempre se consigue ya que unos son para recordar y otros no. En estado de vigilia es cuando más podéis llegar a vosotros y a través del sueño introduciros en vosotros y hacer llegar nuestra información.
Cuando así lo deseáis, no siempre sucede y, ¿qué deseáis con tanto ímpetu, el tener a vuestro lado ese ser amado que un día se elevó y que queréis amarrarlo a vuestro lado? Es entonces cuando a veces no hay permiso y no puede ser.
Hoy repetiremos:
“Mi sueño es querer alcanzar el amor del Padre para así vivir en paz”.
Mis queridos hermanos del alma, en verdad os digo que el bien de vosotros es seguir soñando y disfrutando de ese bienestar que queréis alcanzar. Es el poder llegar a soñar y abrazar a esos seres tan queridos que un día os precedieron y que ellos desde su lugar os envían su gran amor.
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