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Mensajes desde el Universo

33ª, 34ª, 35ª y 36ª Reglas del amor

33ª, 34ª, 35ª y 36ª Reglas del amor

 

Quiero compartir con todos vosotros unas "reglas de amor" 60 en total, que nuestro Maestro Jesús ha dictado a mi madre para "El libro del amor, 365 días de amor". El cual ha promovido nuestra Fundación por el 10 aniversario de la misma.

Deseo las  trabajéis y tengáis presentes en el hacer diario

 

Trigésima tercera regla de amor

 LA AVARICIA

Como deciros que la avaricia rompe el saco a todo lo establecido en las leyes que rigen a todo lo creado. No amontonéis ni rompáis lo establecido a lo creado. Comprended que todo es de todos y como tal todo hay que compartir y disfrutad con vuestros hermanos.

Anidad cosas buenas en vuestros corazones y resaltad vuestra mano ante esas personas que no han tenido la suerte que vosotros habéis tenido. Es comprensible que una vez abiertos ante la lealtad de otras personas se llegue a la unidad y de todos por igual.

Hoy repetiremos:

“Abro mi mano ante los más necesitados”.

Mis amados hermanos, qué bonito sería que todos estuvieran en el mismo estatus social, que no hubiese necesidades, que todo fuese por igual.

Nuestro Padre creó el mundo y quiso que no hubiera rivalidad y angustias hacia sus hijos.

Hay desestabilidad en ambientes y progreso también. Por ello, aunamos todo y haya creación en todo.

 

 

Trigésima cuarta regla de amor

EL COMPORTAMIENTO

Cuando hay reglas que cumplir y reglas que llevar a cabo dentro de una sociedad, aunaréis todos vuestros esfuerzos para que todo se cumpla y se respete dentro del orden marcado. Miraréis hacia comportamientos que agraden y sean cumplidos.

¿Qué hacer ante los separados de las leyes? Replantear y solucionad de la mejor manera sus comportamientos para que puedan comprender e interactuar sus procesos de alejamiento de la sociedad. No pueden ni deben vivir fuera de ella.

Hoy repetiremos:

“Me uno con mi comportamiento saludable ante mis hermanos fuera de él”.

Amados míos, es importante que entre vosotros haya una comprensión ante comportamientos que auspicien desestabilidad entre vosotros. No acarreéis aptitudes que os quieran hacer partícipes.

Aunad vuestra capacidad de discernimiento y emplead vuestra sabiduría ante ellos. Nuestro y vuestro amor hacia ellos disolverá toda clase de comportamiento no saludable por parte de los que quieren entrar en vosotros.

 

 

Trigésima quinta regla de amor

LA CONCORDIA

Veamos como actuáis ante vuestros hermanos, aquéllos que en sucesivas ocasiones os han hecho algo que no os ha gustado. ¿Que hacéis ante ellos, les recrimináis y hacéis transmitir vuestro malestar, en vez de hablar y hacerles comprender que su actitud no ha sido la adecuada?

Siempre hay que ver el lado positivo y no querer echar más leña al fuego. No hay mal que por bien no venga. Enlazad vuestro conocimiento y adecuadlo para llegar a vuestros hermanos.

 Hoy repetiremos:

 “Me uno a mis hermanos, aunque ellos estén en desacuerdo conmigo”.

Mis amados, ¿qué actitud hay que tener ante los estados de mal entendimiento por parte de vuestros hermanos? Vuestro comportamiento será dar ejemplo y hacer comprender lo equivocados que están, pero con palabras de amor.

Mi camino cuando estaba ahí en vuestro plano era de ejemplo al Padre. Nunca alteré mi estado ante comportamientos que no eran gratos a mi vista, procuraba apaciguarlos con palabras de amor. Mi palabra era la palabra del Padre.

 

 

Trigésima sexta regla de amor

EL HONOR

Cuando miramos a nuestros semejantes, ¿cómo los vemos, como nos gustarían que fuesen? Son palabras que nos repetimos y que nos gustarían que coincidieran con lo que nosotros pensamos. Vuestro honor está por encima de todo. No os dejéis pisotear por aquello que no comprenden o no quieren saber nada de vosotros de lo que estáis haciendo sin saber lo que en realidad hacéis.

Vivir en honestidad con vosotros mismos y respetad lo que los de fuera puedan manifestar de vosotros. No entréis en sus adversidades ni palabrerías.

Hoy repetiremos:

“Mi honor por encima de todo”.

 Mis queridos hermanos, es bien sabido que el honor es respetado y bien hallado en todos los círculos terrenales y espirituales.

Es respetable por parte vuestra que llegado el día de vuestra venida aquí, conmigo y con nuestro Padre, seréis recibidos con los brazos abiertos, si en verdad practicáis vuestra sensatez y sabiduría ante todas las adversidades vividas en vuestro plano.

 

 

 




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